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martes, 5 de noviembre de 2013

Estadio del espejo, cuernos y narcisismo

Lo especular.
Es alli en donde los primeros esbozos de la identidad, del yo, empiezan a cristalizarse, a formarse, a travez no solo de la imagen reflejada en el espejo, sino a travez de la intervención del Otro, quien es el que le devuelve al sujeto la diferencia y las similitudes con la imagen virtual: "ese que ves allí en el espejo eres tú... pero tambien eres éste que está aquí y que podemos tocar".

Dialéctica por la cual todo el tiempo estamos reflejandonos en los demas, siendo estos otros quienes nos devuelven identidad.

Ahora bien, ¿cual es el drama de Narciso?... no tiene que ver con su muerte, ya que como nos enseña el psicoanalisis (principalmente el lacaniano), el componente explicitamente dramatico la mayoria de las veces cumple la función de solución de un drama mucho peor que es el implicito o estructural, oculto, y es por ello que la muerte de Narciso corresponde a una solución.
El drama estructural por decirlo de alguna manera, es la congelación,  la trampa imaginaria por la cual el joven no puede dejar de mirar su imagen reflejada en el rio... es esa trampa narcisista en la cual el sujeto queda atrapado sin posibilidad de dialectizar su identidad a travez de otras personas... es la trampa peligrosa de la imagen especular en donde no hay un Otro que marca la diferencia entre la imagen virtual y la imagen real.

Ahora bien, habiendo dicho esto, ¿que corno tiene que ver con el engaño?

Como muchos de uds. saben, a partir del auge del neocapitalismo a principios de los 90, la importancia en los valores, el respeto, las instituciones, la ley, es decir en general,  el desvaído del gran Otro, han llevado a que nos relacionamos entre los humanos de una forma muy distinta a nuestros padres y abuelos. Antes la palabra y los valores, eran el eje regulador de las relaciones sociales, pero hoy lo son las mercancias, y dentro de ellas las imagenes, las cuales tienen un valor central en esta logica moderna de intercambio.
El engaño,  la infidelidad,  o la traición en general, ya no tiene que ver con los otros o el Otro, ahora en la modernidad, la mayoria de las veces tiene mas que ver con uno mismo. Antes la traición resultaba producto de un deseo a otra persona u objeto dentro del cual se habia consensuado como prohibido con la persona traicionada, pero ahora, en la actualidad, nos encontramos muchisimas veces no con ese modelo, sino con el drama de Narciso. La traición ya no tiene que ver con el deseo por lo tercero, sino por reforzar la autoestima, el narcisismo, o simplemente para hacer mas bella la imagen en el río en la cual uno se regocija. Aqui nuevamente, la trampa imaginaria narcisista, por la cual los sujetos ya no ven ni reconocen al Otro, ni a su amor, y ni siquiera a su deseo.

Ahí estan, contemplando su imagen, repitiendo su ritual... anhelando que alguien los empuje al río.



Nota: disculpas por el formato de redacción,  la mayoria de las veces posteó desde el celular.

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