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domingo, 21 de diciembre de 2014

Haciendo resonancias con una película..

Por favor miren esta película... mírenla...háganme caso.
Tratar de ser valiente, lo suficiente como para ser lo mas libres que podamos ser...
Libre para sentir, para amar, para sentir dolor... libre para elegir por fuera de los mandatos, del adoctrinamiento, de la ideologías, de los conservadores, de las categorías...
Ser libre es ser creativo y critico... pero para ello, hay que ser muy valiente... no hay que tener miedo a perder, y solo para poder entender que volver a encontrar es posible si uno quiere...
Ser libre también es saber escuchar tus propias emociones, deseos y sueños... es defender una ética...
Estudiar y llenarte de experiencias te hace libre, esa es la función del "El Dador de recuerdos" ("The Giver"), es ser libre para ver mas allá y poder aconsejar desde la sabiduria de las propias experiencias, vivencias y estudios... cosas que les estan vedadas al resto de la sociedad, hundida en una controlada frialdad...
Metáfora de los dispositivos de control modernos descritos por Foucault y Deleuze, y que pone de contraste la fiesta latinoamericana y el control europeo, la frivolidad de Tinelli, y la libertad y nostalgia de los filósofos.
Una enseñanza final de la película:
Ademas del saber académico, hay otro saber que completa la experiencia: el del cuerpo, las emociones, esa verdad que los sentimientos tratan de adoctrinar llenandolos de palabras y domesticandolos acorde a los preceptos morales de nuestra sociedad...
Esa diferencia que solo los valientes pueden reconocer, entre emoción y sentimiento...diferencia que se hace carne cuando uno escucha el cuerpo y siente la piel, y libera las ideas.
Hermosa película... y quien se haya animado a ir un poquito mas allá de la "normalidad", va a sentirse totalmente identificado.
Chau, me fui a ver a mi hermana volar por los aires entre medios de telas...

viernes, 28 de noviembre de 2014

La ambición de "poder" de un "buen" político...


A menudo se estigmatiza y se generaliza la "ambición de poder" de una persona que se dedica a la política, se la tilda de egoísta y poco altruista. No obstante no se critica de igual manera, la ambición del sector privado para tener "poder" dentro del mercado.
La ambición de poder de quien llamo "buen político" no es SOLO en función a intereses narcisistas, individuales, "megalomaniacos", sino que berza TAMBIÉN sobre la adquisición de niveles de representatividad y de recursos humanos y materiales,que le posibiliten transformar la realidad en función a intereses y necesidades del pueblo.
El poder del buen político esta sostenido y posibilitado por la organización social de cuerpos y subjetividades que lo sostienen, lo legitiman y le otorgan su poder en forma democrática y libre, y no por su capital económico o sus practicas de "clientelismo político".
Un buen político no es jefe, es conductor... no conduce personas, sino intereses encarnados en personas, y no se representa a si mismo, sino a un grupo de sujetos.
Un buen político no solo debe tener la sensibilidad de captar o diagnosticar los problemas que serán intervenidos mediante las políticas publicas, sino también debe tener la capacidad de liderazgo para poder ejecutarlas.. un buen político no solo dice, también hace... pero su hacer esta en intima relación con su "poder" para hacer.
Ahora bien...¿como un ciudadano llega a ser un buen político con poder para transformar la realidad?

martes, 1 de julio de 2014

Di Maria y la medicalización de la niñez

Lastima que hoy te dan dos ribotril, tres clonazepan, y algún alplax ... Hay tanta ignorancia, desidia, e hija putez en los adultos profesionales y algunos funcionarios públicos, que genera muchísima impotencia, solo piensan en tapar sus errores e inoperancia a costa de cagarle la vida a los pibes ... luego se llenan la boca hablando de la niñez, pero solo "protegen" la que no causa trabajo... es decir, a aquellos niños que en realidad no lo necesitan... para el resto: carcel, psicofarmacos y exclusión social.... ¿o es una nueva moda "incluir" socialmente a niños mediante los psicofarmacos y las internaciones psiquiatricas?... retrocedemos tres siglos, y desconocemos al menos tres leyes provinciales y nacionales, ademas de ser funcionales a los negocios farmacéuticos que le marcan la agenda a los mercenarios de la salud mental ¿y la ética profesional?.
Por suerte, algunos con medio centimetro de sentido comun y amor por el otro, tomaron las decisiones correctas, como el medico que se cruzo en la vida de Di maria cuando tenia 4 años.


"Con solo 4 años Di María era un niño muy activo, y por recomendación de un médico comenzó a jugar al fútbol en un club cercano a su casa: El Torito.5 A los 6 años jugó un partido definitorio para ganar una liga local ante Rosario Central donde anotó los 2 goles de la victoria (uno de ellos olímpico).4 Gracias a ese encuentro y sus actuaciones en el club (hizo 64 goles en un año) llamó la atención de Ángel Tulio Zof quien convenció a su familia para que pasara a jugar a Central.6" Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngel_Di_Mar%C3%ADa

lunes, 16 de junio de 2014

Hablar al pedo, palabra vacía y palabra plena

 

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Para evitar confusiones y delimitar un campo de discusión, empecemos diciendo  que hablar al pedo no se referirá a hablar con el culo, y que el presente escrito no está motivado por grandes preocupaciones académicas, sino por la escucha de muchas pelotudeces juntas en un comercio.

Prosigamos…

Como algunos de uds. sabrán, el lenguaje humano está lleno de equívocos debido a la polisemia inesquivable en la que estamos sumergidos, a la cual además se le suma el bendito inconciente que opera en nuestra fucking subjetividad (que es nuestra subjetividad), y que como si no fuera poco, se encuentra estructurado como el lenguaje. Por lo tanto, somos y utilizamos palabras.

En criollo: nunca decimos solo lo que pensamos que decimos, a veces decimos mas, a veces decimos menos… y muchas veces no decimos nada. A veces hablamos nosotros, a veces hablan otros a través nuestro. A veces nuestras palabras son hijas de nuestro deseo, y a veces nuestra propias frases son mandatos sociales que crean los Otros.

Un chabón psicoanalista llamado Lacan, hacia una distinción entre palabra plena y palabra vacía, a raíz de lo que escuchaba en su consultorio por parte de sus pacientes, y que por supuesto coincide también con lo que se escucha por fuera del consultorio.

La palabra vacía correspondería a lo que nosotros hemos decidido denominar “hablar al pedo”, pero cuyo concepto también puede ser reemplazado por “decir pelotudeces” o “intentar quedar bien todo el tiempo”. Son esas palabras en donde nosotros no estamos.

"el de la palabra vacía, en que el sujeto parece hablar en vano de alguien, que aunque se le pareciese hasta la confusión nunca se unirá a él en la asunción de su deseo". Lacan, J. (1975)

En cambio, la palabra plena corresponde a los que muy salvajemente podemos llamar “responsabilidad subjetiva”. Son esas palabras que si tienen que ver con nuestra mas profunda intimidad, con nuestro deseo, con nuestro ser. Son esas palabras en donde nosotros somos, tienen que ver con nuestra “verdad”.

“¿Pero qué era pues ese llamado del sujeto más allá del vacío de su decir? Llamado a la verdad en un principio, a través del cual titubearán los llamados de necesidades más humildes.” (Lacan)

La dialéctica de la palabra vacía y la palabra plena corresponde por tanto a la dialéctica entre el engaño del yo, que habla, vacíamente, sin saber lo que dice, y la dialéctica de la verdad, en la que el sujeto se acerca (sin idealmente tocarla) a lo que sería su verdad última. (“Dialéctica de la palabra en la experiencia psicoanalítica”, por Mercè Altimir).

A este punto, uds se preguntaran una de estas dos cosas:

  1. ¿Para que carajo se viene con todas estas explicaciones?
  2. ¿Porque “traduce” de forma tan “salvaje” la dialéctica de la palbara en psicoanálisis?

Empiezo contestando la segunda: porque se me cantan los huevos y porque soy dueño de escribir lo que se me ocurre, mas allá de cualquier “academicismo” ayornado con palabras vacías que nadie entiende.

Mientras que con respecto a la primer pregunta, prosigo…

Si bien todos en nuestra caótica y molesta vida vamos alternando entre una y otra modalidad de palabra, realmente pienso (luego existo) que en la modernidad, en pleno auge y adoctrinamiento del modelo neoliberal capitalista nos encontramos diciendo mas y mejores pelotudeces, y con mayor frecuencia que antes.

¿no les da la sensación que ya nadie habla en serio?

¿No sienten que la mayoría de nuestra charlas son superficiales y que cada vez menos tienen que ver con nosotros?

Claramente cada vez hablamos mas al pedo…

¿a caso no es mas verdadera la incertidumbre de un silencio que el despiste de una palabra vacía? Ese engaño que aleja al otro de mi genuino ser, y que nos invita a todos a vivir en un mundo de primacía imaginario, falso, careta…

Si no tenemos nada para decir de nosotros, ¿para que hablamos?… ¿o de quien hablamos?… autoreproches mudados en reproches hacia los otros… proyección de nuestros propios fantasmas….

Sacar el cuero al otro para disfrazarnos nosotros con una piel que no es nuestra…

Ahí escondidos de nuestra propia verdad, yace una falsa sensación de seguridad en donde se refugian los corazones cobardes…

 

Luciano Palacios

martes, 27 de mayo de 2014

Lo efímero, el consumo, las adicciones…


Cruel destino el desear un deseo… metonimia salvaje de una falta sin borde en una sociedad de consumo…

Veloz objeto efímero que ni siquiera se deja saborear, mentira que ni siquiera alcanza a colmar la sed…
“¿no era eso?”, ¡nunca es! Bendito karma el de la frustración, metástasis de la angustia que quise esconder, que quise tapar, que quise aplastar con el consumo…

Tiempo: medida y distancia… entre el “ya!” volátil y el utópico y aburrido esperar del “pienso luego existo”, existencia caótica, barrada, en falta…

¡Maldito “malestar en la cultura”!…

Placer con o sin rodeo, con o sin pensamiento… placer inmediato pero que adviene ¿a qué lugar?

Propaganda de la oralidad, fabricación del “hambre”… bendita aparente y efímera “solución”, adictiva, volátil, cruel…

Presos de la mercancía marxista y adoctrinados por la pantalla!

No es cheto el faso, ni grasa el shopping… no es sacra la planta ni profano el plasma...

Escalera mecánica que me ayuda a escapar del piso en donde mis fantasmas están de oferta…


Maldito consumo! cruel metonimia circular... salvaje repetición de lo mismo


viernes, 9 de mayo de 2014

Los pibes, lo político, y lo técnico


Hace ya casi 6 años que vengo trabajando en el campo de intersección entre esos tres que le dan título a esta nota, y nunca he dejado de sorprenderme con cuanta vehemencia, cinismo e incluso hipocresía y perversión, más de un profesional o funcionario público hace y dice en relación a los pibes en situación de vulnerabilidad social. Estos últimos son aquellos con los cuales el estado (ong, organismos gubernamentales, etc.) termina teniendo más responsabilidad que la propia familia de los niños,  debido a que justamente son parte de la misma situación de vulnerabilidad, ya sea como victimarios o como víctimas, y por lo tanto no pueden garantizar el cumplimiento de los derechos de niñez y adolescencia que incluso están legislados en todos los niveles de responsabilidad política, y que también atraviesan la ética profesional de aquellos que trabajan en este ámbito.
A pesar de las legislaciones, a pesar de la flamante ley provincial 13.298, y a pesar de todo lo discursivo, en lo concreto, nos seguimos cagando en los derechos de los chicos. No se habla ya de las problemáticas que los atraviesan y de cómo poder intervenir sobre ellas, sino que ahora han pasado a ser en la praxis, un “objeto”, una mercancía, un objeto de intercambio que solo tiene sentido desde una lógica de “matricula”. Las instituciones y muchos funcionarios se preocupan mas por la cantidad de chicos que asisten que por la calidad de intervención, ponen más el acento en las relaciones de amistad y política entre referentes institucionales, que en la supervisión de un correcto trabajo con ellos. Y ni hablar de las mezquindades institucionales, del clientelismo político y de la falta de autocrítica.
En este estado de situación si envías un informe meramente preguntando por la salud de una joven o un niño institucionalizado que asiste al programa donde vos trabajas, automáticamente desencadena una serie de conductas autodefensivas por parte de aquellos que se sienten interpelados, por aquellos que más allá de preocuparse por los chicos, se preocupen por mostrar un paraíso institucional hacia afuera. Así comienza el manoseo de los chicos. Nuevamente son re victimizados y sometidos a la violencia institucional, porque los hacen callar, los retan, o los amenazan para que no sean voceros y denunciantes de la falta del otro, del síntoma institucional, y de la falta de compromiso de los técnicos que deben aportar su saber y autoridad de adulto frente a todas las situaciones.
Así pasa también cuando dirigís y militas una institución dentro de un gobierno, no solo desde lo concreto cotidiano, sino también innovando prácticas, procedimientos y proyectos, y que a tu jefe de área, o porque no está formado, o porque no le interesa políticamente, o porque no está de acuerdo con tu identidad política,  no te brinde el apoyo mínimo y necesario, como así los recursos necesarios para continuar el trabajo por el simple hecho de tener diferencias con vos.  Una pelotudes basada en la mezquindad política. En este caso en particular, el tiempo solo se ha encargado en demostrar cual era la visión institucional que más se centraba en los chicos.
Otro es el caso en donde un pibe es expulsado de una comunidad terapéutica por el director de la misma, debido a que simplemente “se portaba mal”. Es decir, sin ningún fundamento serio, ya que justamente el reto institucional debiera ser poder trabajar con los chicos que más dificultades tienen, y no con aquellos que desde cualquier otro lado son contenidos o abrigados por otras personas. La decisión del director fue individual y no incluyo mi opinión. Un mes más tarde me entero por televisión que Diego lo mataron a sus 13 años en una villa de Ezeiza, lo cual significo mi renuncia y un fuerte aprendizaje acerca de la responsabilidad que tienen las personas a cargo de instituciones que trabajan con chicos. Muchas veces se trata de cuestiones de vida o muerte.
Hay mucha gente en los lugares incorrectos y eso me da mucha impotencia, y no sinceramente porque yo lo haría mejor, sino porque ellos deberían hacerlo lo mejor posible centrando su atención sobre los chicos.
Tal vez esto que escribo me sirva más a mí que a uds., tal vez era una necesidad de descarga o una exigencia de simbolización frente a las cosas que me pasan. Tal vez haya sido una consecuencia de la reunión de esta mañana.
O tal vez, solo tal vez sea miedo a ser cómplice de lo mismo que critique siempre… cómplice en el no hacer nada, o cómplice en el hacer porque me mandan y es mi trabajo, o cómplice porque sienta que no me queda otra… a veces me da miedo… mis valores y mi ética hacen lo que soy, y tengo miedo de ser otros… esos otros que no me caen bien…
Muchos veces estar entre los pibes, y lo político con lo técnico-profesional es estar entre la pared y dos espadas… es una tensión que no es fácil de resolver, ni de transitar… y que a muchos le queda grande…
Ese es mi reto actual, y tal vez mi responsabilidad política futura en el caso que me toque algún dia estar en un cargo público.
Con miedo, con inseguridades, con errores, con broncas, con mucha impotencia, con todo lo negativo en juego, sigo creyendo que la política honesta y responsable es la mejor herramienta de cambio social que los humanos tenemos, y que el saber técnico-profesional es la brújula que debe orientar la practica política de organizar y gestionar.
Ojala algún día nos demos cuenta que nosotros hacemos los profesionales que tenemos y nosotros creamos a los políticos que nos gobiernan… así como un alumno posibilita el rol de maestro….
Bendita sea la letra… y su poder de curar…



(Publicación sin revisar)