Partiendo de la base de que lo que pensamos tiene continuidad con lo que pensaron otros, me propongo a reflexionar acerca de los fundamentos filosóficos de mis pensamientos y preguntas a partir de la noción colectiva de justicia.
Ayer, mientras me enteraba por cientos de comentarios de gente indignada en facebook por el fallo en el caso Marita Verón, pensaba... ¿que valor común se encuentra detrás de esta indignación colectiva?, y ¿que es lo que le falta a estos tres jueces para dictar un fallo con unanimidad para absolver a TODOS los imputados?
Mi primer intento de respuesta: Nos une una especie de sentido universal de justicia, que seria algo así como un "valor", y que hace de base a nuestra indignación en los casos en que se produce un evidente caso de "injusticia".
Bien, ¿pero que es un valor?: en sentido estricto, es una cualidad que le confiere a las cosas, hechos o personas una estimación, ya sea positiva, negativa o con forma de escala numérica. Pero también usamos este concepto en carácter de parámetro moral, es decir, en su estructura de ideología social, como puede ser el respeto, la solidaridad, y la noción de justicia independientemente de la institución judicial y de los intereses en pugna. Los valores deberían cobrar, al menos en este sentido, cierto estatus de universalidad, que de hecho viene siendo devaluado desde que se empezaron a sentar las bases filosóficas del capitalismo moderno: la filosofía positivista y el racionalismo filosófico. Marx invertiría la formula y diría: los cambios en los modos en los modos de producción producen cambios en las ideologías de las sociedades. Es una idea simple pero efectiva: aprendimos a acomodar las ideas para que sean compatibles con nuestros intereses individuales y privados.
Por otro lado está la tradición de Nietzsche y Heidegger basada en el concepto de nihilismo en relación a los valores:
Heidegger describió al nihilismo como el estado en el que no queda nada del ser en sí, y argumentó que el nihilismo se apoya en el reduccionismo del Ser a un mero valor. El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres momentos:
- El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.
- El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el momento de la reflexión de la razón.
- El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.
Dicho de en una sola frase, el nihilismo funda el individualismo moderno, o mejor dicho y para no entrar en el dilema del huevo o la gallina, el nihilismo es solidario del individualismo moderno.
Ojo, mi postura no reside en que debemos creer en Dios para luchar contra el individualismo, sino que propongo recuperar nuestra forma de pensamiento trascendental, nuestros valores compartidos, nuestros sentimientos de justicia, verdad, solidaridad, y mas allá de la idea meramente individual que podamos tener acerca de estos conceptos.
En la otra vereda se encontraba Kant y su "idealismo trascendental", el autor dice: "Pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas". Tanto Kant como Marx han intentado, aunque de formas diferentes, devolvernos nuestra conciencia acerca de la importancia de la ideología y de su anclaje con las condiciones materiales o empíricas, y es en este sentido en que Kant revoluciona la filosofía, logrando ir mas lejos que las clásicas peleas entre los empiristas y los racionalistas, tal como deja claro en su libro "La Critica de la Razón Pura", en donde le pega con todo a Descartes.
Otro idea importante en Kant es que descentra la mirada sobre los objetos e introduce el análisis del sujeto y de sus categorías universales para explicar la postura activa del sujeto en la creación del objeto, rompiendo de esta forma con esa "fantasía" que tiene el hombre para juzgar las cosas que "aparentan" estar dadas en si misma. También Marx con su concepto de "fetichismo de la mercancía" apunta hacia el mismo lado.
CONCLUSIONES:
Creo que un fuerte sentimiento individualista ha invadido, desde hace tiempo, el pensamiento occidental y que esto se traduce en nuestra forma de pensar cotidiana.
Creo que hechos evidentes, de carácter publico e incluso me animo a decir mediáticos, a menudo despiertan en nosotros ciertos sentimientos o determinadas ideas que trascienden nuestras concepciones individuales. Tampoco quiero confundir esa idea con la coincidencia colectiva de intereses individuales, que es lo opuesto a lo que apunto. Me refiero a una genuina idea trascendental y de justicia en este caso.
En Latinoamérica, a diferencia de otras partes del mundo como Europa y Estados Unidos donde el neoliberalismo regula casi la totalidad de las maquinas (Delauze) de producción de subjetividad individualista, hay determinada resistencia que aun milita el pensamiento colectivo y el rescate de los valores como categoría trascendental que regule nuestras relaciones humanas.
Sostengo que el argentino promedio aun tiene una base importante de valores dentro de los cuales siempre se destacaron los de justicia y solidaridad, y que aunque muchas veces los olvidemos, siempre en momentos de crisis propias o ajenas, surgen en forma de representaciones sociales y como fundamentos de luchas y reivindicaciones colectivas.
por Luciano Palacios
